El agente fue acusado por denunciar corruptelas al subdelegado del Gobierno.
Denunciar ante el superior político las supuestas irregularidades cometidas en un puesto de la Guardia Civil ha podido costar al agente S. G. R. hasta 18 meses de multa y tres años de inhabilitación.
La Audiencia Provincial de Ciudad Real acaba de exculparle del delito de revelación de secretos, del que estaba acusado por haber elevado al subdelegado del Gobierno denuncias por presuntos delitos, incluidos los de tráfico de drogas y trata de blancas, en los que estarían supuestamente implicados, al menos por omisión, agentes del instituto armado.
La Audiencia subraya que el propio guardia reconoció haber hecho la denuncia ante la Subdelegación del Gobierno, pero ordena el sobreseimiento provisional de las actuaciones al no apreciar que haya delito.
Tras recordar que el Código Penal “castiga al funcionario que revelare secretos [de los] que tenga conocimiento en razón de su cargo y no deban ser divulgados”, alega que, “cuando se habla de divulgación, hay que entender que lo es a persona que no tengan la obligación de conocerlos de manera directa o indirecta”. Lo que hizo el guardia, concluye, fue “comunicar a un superior jerárquico una información que consideró relevante y que a su entender no podía seguir la cadena normal de mando […], por lo que no puede entenderse cuál fue esa divulgación”.
Lo que no entiende Antonio Suárez-Valdés, abogado del agente, es cómo la causa llegó tan lejos. Acusar a S. G. R. era reconocer que la Guardia Civil tiene secretos que su responsable político directo no puede conocer.
Las denuncias del agente se archivaron con el argumento de que carecían de fundamento. La acusación de injurias contra él fue retirada.
http://politica.elpais.com/politica/2016/01/23/actualidad/1453579576_130128.html
Una juez investiga a dos mandos de la Guardia Civil por supuestas corruptelas en un cuartel
Son un capitán y un teniente de Ciudad Real, a los que un sargento denunció por consentir «graves irregularidades» durante varios años
Un juzgado de Tomelloso (Ciudad Real) ha admitido a trámite la querella presentada por un sargento de la Guardia Civil por las supuestas corruptelas en un cuartel de esta localidad desde al menos 2010 hasta 2013. «Graves irregularidades» de las que serían responsables, de forma indiciaria, los dos querellados, un capitán de la Comandancia de Ciudad Real y el teniente encargado de este puesto.
La gravedad de los hechos denunciados por el sargento Sergio G. F. alcanza a toda la estructura organizativa del cuartel, en el que trabajaban en aquel momento unos 60 guardias, 40 de los cuales se encontraban bajo el mando del teniente investigado, José Alberto D. N., en dos de las tres áreas del destacamento: investigación y denuncias. El otro querellado es el capitán Francisco G. M., jefe de la 4ª Compañía de Alcázar de San Juan (Ciudad Real).
La titular del Juzgado de Instrucción número uno de Tomelloso indaga al capitán por media docena de delitos: falsedad documental, infidelidad en la custodia de documentos, omisión del deber de perseguir delitos, coacciones, denuncia falsa y falso testimonio, mientras que al teniente, por la omisión de perseguir delitos y falsedad documental.
En la denuncia presentada en septiembre pasado, y que el pasado 19 de enero se admitió a trámite tras solventarse un asunto con la fianza, el sargento relata con todo lujo de detalles los supuestos tejemanejes. Sergio G. F. llegó a Tomelloso en octubre de 2010 y entonces se encontraban al frente el teniente Pedro B. D., quien llevaba en el cargo desde 2006, y al mando de la compañía el capitán Juan Antonio J. A.
Lista de privilegios
Ya entonces observó las supuestas irregularidades que cometían diversos agentes y que los mandos consentían: actuar a su antojo en el servicio, confeccionar cuadrantes diferenciados, cobros ilegales de productividad, actividades extralaborales y falseamiento de estadísticas o partes de denuncias.
Esto último ocurrió en relación a los supuestos chivatazos de varios guardias de la Policía Judicial al dueño de un prostíbulo de Tomelloso (38.000 habitantes) antes de realizar inspecciones del local. Una trabajadora rumana identificó a los agentes, pero el atestado fue falseado y la mujer recibió amenazas de su jefe, según la denuncia a la que ha tenido acceso este periódico.
El sargento, defendido por el abogado Antonio Suárez-Valdés, comenta otros dos episodios que cayeron en saco roto, aunque él llegó a alertar al subdelegado del Gobierno, lo que le costó una imputación por revelación de secretos que ahora ha sido archivada por la Audiencia Provincial de Ciudad Real.
El primer caso se refiere a los negocios de un guardia destinado en el puesto desde hace una década y que trabaja como conductor del teniente. «Es constructor y maneja locales de hostelería, entre ellos la discoteca más grande de Tomelloso», en la que ‘pincha’ otro compañero.
El segundo fue en la Virgen del Pilar de 2012. Tras una cena, un grupo reducido de agentes y mando que iban borrachos extrajeron un fusil y dispararon ráfagas al aire. Participaron los jefes de las áreas que llevaba el teniente, y el caso fue ocultado pese a su gravedad. «Se ha hecho una pelota que cuando reviente ya veremos», llegó a admitir el capitán a un guardia que no quiso corromperse.
http://www.larioja.com/nacional/201601/28/juez-investiga-mandos-guardia-20160128004427-v.html